jueves, 4 de junio de 2009

miércoles, 3 de junio de 2009

La noche que dormí con una estrella del porno


Esto le pasó a una amiga muy cercana!:

Aquella noche, cuando abrí el foro de Petardas, me encontré un mp nuevo en mi bandeja de entrada. El remitente no me sonaba de nada, así que pensé que sería otro de tantos que recibimos con un “quiero conocerte”, la sugerencia de agregar una dirección de Messenger o la promesa de buen sexo por webcam. Por un momento me pensé si abrirlo o no, aunque la verdad es que ese tipo de mensajes me divertían más que molestarme. Al final lo abrí, y segundos después los que se abrían de sorpresa eran mis ojos, pues era algo distinto a lo que yo me esperaba. El mensaje decía más o menos así:

“Hola, preciosa.
Perdona que te aborde así, pero no se me ocurría otra forma de ponerme en contacto contigo. La verdad es que no sé muy bien como empezar, porque tengo algo que proponerte y no sé como enfocarlo. Verás, he leído tus relatos y me han gustado bastante. Tanto que me gustaría convertir alguno de ellos o algunas partes en película. Supongo que ahora mismo no entenderás nada, así que te explico. Mi nombre es Marco, aunque eso no te dirá nada, porque mi nombre artístico es otro. Soy actor y director de cine porno y creo que tus relatos tienen muchas posibilidades. Tal vez quieras pensar en la posibilidad de autorizarme para usar alguno. Si es así, contéstame por la misma vía y tal vez podamos ver como hablar más directamente del tema. Te dejo que lo pienses.
Marco”


Efectivamente estaba sorprendida. Que alguien se hubiera fijado en mis relatos a ese nivel era mucho más de lo que podía esperar cuando los escribía, sobre todo porque en el foro había relatos mucho mejores. Pero que encima me lo dijeran y me propusieran darles forma en la “vida real del celuloide” era algo que no entraba en los límites de mi imaginación. Me preguntaba cuales serían los textos que había leído aquel tal Marco y en cuales estaba pensando. Pasé un par de días dándole vueltas a la idea y, aunque en cierto modo me daba algo de vergüenza que mis letras salieran del lugar al que las había destinado, la proposición parecía divertida. Pronto mi mente comercial se puso en marcha y empecé a preguntarme cuáles serían las condiciones que pondría sobre la mesa de negociaciones para convencerme. Desde luego, yo pensaba en euros y no en convertirme en estrella del show. Decidí que la única forma de averiguarlo, y de ver si la respuesta sería sí o no, era contestar al mensaje.

“Hola Marco.
He leído tu mensaje y, una vez que me he repuesto de la sorpresa, he pensado que podría ser divertido convertir mis relatos en un guión. De todas formas, todo depende de lo que tengas pensado. ¿Cómo podemos hablarlo?
Casandra.”


A las pocas horas me volvió a contestar con una cuenta de Messenger, que agregué al mío. Por un momento pensé que tal vez era una forma un poco más retorcida de lo normal para conseguir mi Messenger y luego iniciar una conversación del tipo “quiero follarte”. Pero no fue así, como quedó demostrado desde nuestro primer contacto. Marco resultó ser lo que había dicho. Me envió una foto suya y le reconocí enseguida. Claro que, pensándolo fríamente, aquella foto también podía haberla bajado de Internet antes de enviármela, pero algo me decía que no era así. La primera vez que hablamos estuvo casi toda la conversación alabando mi forma de escribir, mi imaginación, la forma en que creaba un mundo a la medida de mis personajes… Vamos, intentando alagar mi ego para que no dijera que no a su propuesta. Después me dijo en que relatos había pensado y me contó como quería que se desarrollara su película. “Todo depende de lo que tú digas- me dijo al terminar aquella primera conexión.- Por supuesto, tienes la última palabra de lo que haga. Son tus personajes y tus escenarios, así que me gustaría que trabajaras a mi lado para que todo sea exactamente como tú lo soñaste”. Aquello, evidentemente, me gustó y estuve tentada de decirle que sí en ese mismo momento, pero al final sólo escribí “Suena bien, pero aún tengo que pensarlo” y quedamos para dos días después.


Durante un mes hablamos en varias ocasiones. Las conversaciones giraban entorno a la posibilidad de concertar un acuerdo para ultimar detalles, porque yo ya había aceptado su propuesta. Marco resultó ser una persona encantadora y siempre se comportaba como un perfecto caballero, a pesar de que los temas que tratábamos podían haberse desviado fácilmente para convertirse en una sesión de cibersexo. Sin embargo, nunca fue así, sino que hablamos más de guiones y acuerdos, de contratos y sesiones de trabajo. Él hacía sugerencias y yo las aceptaba o no. Poco a poco íbamos perfilando el sueño. Un día Marco me dijo que tenía los contratos preparados y que sería conveniente que nos viéramos en persona o al menos, que alguien lo hiciera por nosotros, para que todo quedara legalmente atado. Le mandé una sonrisa y él me contestó que tenía un viaje preparado para dos semanas después y que podría pasar un par de días por mi ciudad si yo quería o que si quería ir yo a la suya me mandaría el billete de avión y la reserva del hotel. Yo contesté que prefería que fuera él quien viniera a verme. Pensé que en Internet casi nada es lo que parecer y no me apetecía encontrarme sola en una ciudad desconocida si las cosas no marchaban como esperaba. Al menos estando en mi ciudad podría volverme a casa en cualquier momento. Al día siguiente me llegó otro mensaje: “Tenemos una cita, Casandra. Llego al aeropuerto de Barajas el día 17 a las cinco de la tarde. ¿Querrás ir a esperarme o prefieres que quedemos en otro lugar?”


El día 17 a las cinco menos cuarto ya vigilaba nerviosa las pantallas del aeropuerto. Había ido en metro, pues Marco me había dicho que había pedido un coche y pensé que dejar el mío allí no tenía mucho sentido. A las cinco en punto ya esperaba en la puerta por la que tenía que desembarcar y diez minutos después le tenía enfrente. Era igual que en la foto que me había mandado, un morenazo de ojos verdes tremendamente guapo. Vestía unos vaqueros y una camisa blanca y llevaba en la mano una bolsa de viaje. Me miró de arriba abajo, deteniéndose en mis ojos, en el escote de mi camiseta roja y en como moldeaban mis piernas los pantalones que llevaba. Me sonrojé un poco.

- Perdona - me dijo Marco - No quise incomodarte.
- No, no me has incomodado - mentí - Es sólo que no esperaba un escrutinio tan a fondo.
- Lo siento, es un defecto profesional. No puedo evitarlo. Pero no he venido aquí a hacer un casting para actrices sino a contratar a una guionista. ¿Quieres que vayamos a tomar algo?
- Claro.
- Bien, entonces, salgamos. Mi coche debe estar esperando.

Y así era. En la puerta esperaba un estupendo Mercedes cuyo chofer se apresuró a coger la bolsa que Marco llevaba en la mano y a abrirnos la puerta para que subiéramos. Oí como Marco daba la dirección de una exclusiva cafetería y el chofer puso el coche en marcha. Por el camino hablamos del viaje y poco más, porque tardamos muy poco en llegar. Cuando entramos en la cafetería, Marco saludó al camarero y le pidió un reservado. Yo pedí un café solo con hielo y él un licor. Y como por arte de magia apareció encima de la mesa una carpeta. Cuando nos quedamos solos con nuestras consumiciones delante, Marco me dio los contratos. Yo los leí atentamente, discutimos algunos puntos y finalmente los firmamos los dos. Marco volvió a guardarlos y sonrió.

- Bien, ya está. Y ahora que hemos terminado con los negocios, tal vez podamos empezar a conocernos un poco mejor. No vamos vestidos correctamente para que te lleve a un restaurante elegante como correspondería a la celebración, pero tal vez aceptes que te invite a cenar en un sitio un poco menos fino, donde no desentonen nuestras ropas.
- Bueno - dije mirando el reloj - Son casi las nueve, y supongo que estarás cansado del viaje. Si quieres, podemos comer algo antes de que te vayas a tu hotel.
- Conozco un sitio perfecto para esta primera cena. Vamos.

Dejó sobre la mesa un billete que cubría con creces el precio de las consumiciones y una generosa propina y salimos a la calle. El chofer nos estaba esperando y nos llevó a un restaurante también cercano, no muy fino pero con bastante fama. Evidentemente, con vaqueros no podíamos ir a cenar al Palace, pero en aquel restaurante nadie miraría nuestro aspecto. Durante la cena hablamos de temas personales, de nuestras vidas, nuestros pasados y nuestros sueños de futuro. Hasta aquel momento casi siempre habíamos hablado de trabajo, así que realmente estábamos empezando a conocer a la persona que había detrás del nombre. La verdad es que me lo pasé muy bien y descubrí que Marco era una persona sensible y divertida. Como el ambiente era bastante relajado, Marco se atrevió a proponerme un juego.

- Imagínate que esta es una escena de la película, ¿Cómo encajarías aquí una escena de sexo?
- ¿De cualquier tipo o quieres un polvo completo?- pregunté
- Lo que tú quieras.
- ¿Se pueden levantar los personajes de la mesa o no?
- Se pueden levantar, pero tiene que empezar aquí.
- Entonces es fácil - sonreí
- ¿Puedes contármelo?
- Mientras no quieras ponerla en práctica, vale. Veamos:

“El restaurante estaba a media luz, puesto que en todas las mesas había velas que hacían el ambiente más romántico. A pesar de que casi todas las mesas estaban ocupadas, la suya estaba en un rincón, oculta de las miradas de los demás comensales. Esto había propiciado que el hombre hubiera acariciado durante toda la cena los muslos de su compañera por debajo del mantel. El corto vestido que llevaba ella había facilitado la labor. Él empezó a subir en sus caricias cada vez más, hasta que llegó al borde de las bragas de ella. Con un dedo empezó a acariciar el coño por encima de la tela, hasta que notó como la tela se iba humedeciendo. Entonces apartó la tela y localizó el clítoris de ella, frotándolo suavemente. Ella, en respuesta, abrió un poco las piernas, mientras se acodaba en la mesa. Él introdujo un dedo en el coño abierto que se le ofrecía y empezó a masturbarla. Él la miraba a los ojos, intentando anticiparse al momento del orgasmo para cortar el gemido que podía producirse. Ella gemía bajito, casi para ellos dos, intentando aparentar una tranquilidad que no sentía. Él notó que la respiración de ella se aceleraba cada vez más y se acercó a su oído: “Voy a hacer que te corras y mientras, te besaré hasta que te duelan los labios”. Y enseguida se apoderó de su boca, besándola sin descanso hasta que notó como el cuerpo de ella se tensaba y la recorrían los espasmos del orgasmo. Cuando sintió que ella se relajaba, él se separó y sacó la mano de debajo de la mesa y se la llevó a los labios, depositando un beso en los húmedos dedos que instantes antes habían regalado tanto placer.

“Ahora te toca a ti” dijo ella, con una sonrisa pícara mientras dejaba caer su servilleta al suelo. Al ir a recogerla, se arrodillo debajo de la mesa y bajó la cremallera del pantalón de su acompañante. La erección del hombre era bastante considerable ya, así que a ella no le fue difícil sacar la polla de su encierro y metérsela en la boca para empezar a chuparla. Subía y bajaba la cabeza, dejando que aquella barra de carne caliente entrara y saliera de su boca. Mamaba como alguien a quien le gusta, que disfruta con ello y que, además, quiere darle placer al compañero que le acababa de regalar uno de los orgasmos más estupendos de su vida. Alguna vez, la sacaba por completo de su boca y la recorría con la lengua, cosquilleando el glande. Otras, la dejaba entrar hasta la garganta y la mantenía allí unos segundos. El hombre bebía pequeños sorbos de la copa de vino para evitar que se notara lo que ocurría debajo de la mesa. Ella redobló el ritmo, mientras buscaba con una de las manos los huevos del hombre para masajearlos también. De repente él bajo una mano y sujeto levemente la cabeza de ella. Ella lo entendió y se preparó para el chorro de leche caliente que se avecinaba. En pocos segundos él se corrió en la boca de ella. Ella se tragó la ofrenda de placer que él acababa de hacerle, limpió con la lengua los últimos restos del pene de su acompañante y lo devolvió a su encierro de ropa, subiendo de nuevo la cremallera. Ella se levantó de debajo de la mesa, con la servilleta en la mano, dándose ligeros toques en los labios con la blanca tela. Ella se sentó de nuevo y él se acercó para besarla en los labios.”


- Estupendo - dijo Marco aplaudiendo levemente.- ¿Siempre tienes tanta imaginación?
- A veces más - reí yo, sobre todo por la cara que tenía él en esos momentos.
- Mira como me has puesto - dijo el chico llevando mi mano hasta su entrepierna para que comprobara que su erección también era considerable.
- Bueno, tú lo has pedido. Y no, no pienso meterme debajo de la mesa.
- Yo tampoco te he dicho que lo hagas - dijo Marco, soltando mi mano.

Terminamos de cenar, desviando la conversación hacia otros temas menos calientes. Con los postres Marco me hizo tomar la primera decisión difícil:

- Bueno, Casandra, tal vez quieras decirme que quieres que hagamos después.
- ¿A que te refieres? - pregunté como si me hubiera pillado por sorpresa
- Me refiero a que tenemos dos opciones. Sabes que tengo una suite en un hotel y tú puedes decidir entre irte a casa o quedarte esta noche conmigo. Si decides irte le diré al chofer que te lleve a casa después de que me deje en el hotel. Sin embargo, creo que debo decirte que me gustas y que me encantaría que te quedaras conmigo.
- Pero - dije tratando de ganar tiempo - no llevo más que lo puesto. No venía preparada para pasar la noche fuera de casa.
- No importa - dijo Marco con una sonrisa - Si vas a pasar la noche conmigo...- se interrumpió
- ¿… no lo necesitaré? - completé yo la frase
- No, no es eso. Quería decir que ya está previsto. Ahora sólo tienes que elegir.
- Está bien - pensé por un momento que las opciones eran volver a mi casa sola o pasar la noche con un chico guapo y simpático. La elección me resultaba fácil- Elijo acompañarte.
- ¿Te apetece jugar?
- ¿Qué? - pregunté sorprendida, pensando que se refería al sexo
- Que si te apetece jugar - repitió él con una sonrisa - Es que estaba pensando en vendarte los ojos hasta que llegáramos a la habitación.
- ¿Por alguna razón en especial? - Por un momento me asusté, pero le miré a los ojos y no pude detectar ningún peligro.
- Sólo porque quiero ver tu cara cuando te quite la venda.

Eso sólo podía significar que la habitación sería estupenda, así que decidí entrar en el juego. Cuando salimos del coche, Marco le dijo al oído al chofer donde tenía que llevarnos. Nos subimos al asiento trasero y Marco me vendó los ojos. No oía más que la música suave que llenaba el coche y la voz de Marco que me susurraba escenas que parecían sacadas de una de sus películas. Por alguna razón el hecho de que él me agarrara de la mano me tranquilizaba y lo único en lo que podía pensar era en que la situación era muy excitante. Entre los susurros de Marco en mi oído y el numerito que yo misma había montado en el restaurante, me notaba muy caliente. Me sorprendí pensando que si él me proponía que folláramos en ese momento, en el asiento trasero de aquel lujoso coche, yo aceptaría sin pensármelo dos veces. Me imaginaba follando salvajemente sobre aquel asiento de cuero con aquel adonis moreno. Pero el chico no hizo la proposición y yo tampoco dije nada. Para bajar un poco la tremenda calentura que Marco me estaba provocando, empecé a intentar adivinar a que hotel nos dirigíamos: ¿al Palace?, ¿al Ritz?, ¿al Villamagna? Me pareció que tardábamos demasiado para ir a cualquiera de ellos y que tal vez estábamos saliendo de Madrid. Pensé en hoteles que hubiera fuera de la ciudad, pero no se me ocurrió ninguno que mereciera aquella venda.


De pronto el coche se detuvo. Marco me ayudó a bajar del coche, dio las gracias al chofer y le dijo que ya le llamaría al día siguiente. Luego me cogió de la cintura para guiarme con más comodidad. Por alguna razón, sentí su mano extremadamente caliente sobre mi piel y me estremecí.

- ¿Tienes frío?- me preguntó Marco
- No, no. Estoy bien.
- Es que he notado que te daba un escalofrío
- No pasa nada, no te preocupes. Es sólo que…- busqué una excusa rápida y creíble- me preocupa tropezar.
- No dejaré que te caigas, Casandra – me dijo Marco mientras estrechaba más su abrazo- Además, ya casi llegamos.

Asentí, aunque aquel lugar olía más como un garaje que como una recepción de un hotel. Había oído como se marchaba el coche y el único sonido que había ahora era el resonar de mis tacones sobre el pavimento. Nos paramos y escuche un rumor sordo y luego el deslizar de unas puertas. Marco me hizo dar tres pasos. Escuche un ruido metálico muy suave y de nuevo las puertas. Cuando noté el movimiento me di cuenta de que estábamos en un ascensor. De nuevo se abrieron las puertas y Marco me hizo salir. No sabía donde estábamos, pero olía ligeramente a rosas y a cloro. La temperatura era agradable.

- ¿Estás preparada?- preguntó la voz masculina justo enfrente de mí.

Yo asentí y noté como sus manos me retiraban la venda. Sin duda mi cara reflejó mi sorpresa, porque en la suya se pintó una sonrisa. Reconocí el lugar por las fotos de la página Web: estábamos en la suite Zouk del hotel del mismo nombre. Una suite que, según la publicidad, tenía entre otras cosas piscina, jacuzzi, sauna y un ascensor privado desde el garaje de forma que aseguraba plenamente la intimidad de sus huéspedes. Giré sobre mí misma observándolo todo. Allí estaba todo lo que había visto en las fotos: la piscina con su cascada, el jacuzzi, la enorme cama de agua. Marco sonreía divertido. Me cogió de la mano y me hizo salir a la terraza, que parecía un verdadero jardín con tantas flores y plantas.

- ¿Te gusta?- me preguntó
- ¿Es que puede esto no gustarle a alguien?- respondí con otra pregunta.

Cogidos de la mano recorrimos la habitación, curioseando todo. El baño era fantástico, en el salón había una especie de armario por donde te podían servir la comida, y el techo, panorámico y de cristal, permitía que viéramos las estrellas.

- ¿Te apetece un baño en la piscina o prefieres que probemos primero el jacuzzi?
- No tengo bikini – dije con una sonrisa
- Yo no voy a usar bañador, pero si tú lo quieres, bastará con que abras el armario.

Le miré interrogante, porque no sabía a que se refería, pero él en vez de contestar me animó a hacer lo que me acababa de pedir. Así que me acerqué al armario y descubrí que, junto a su bolsa de viaje y una maleta, había unas cuantas cajas y bolsas. Me ayudó a llevarlas hasta la cama y fui abriendo paquetes. Con cada uno que abría me encontraba más sorprendida. Allí encontré un neceser con cosas de tocador, un camisón blanco de seda, varios conjuntos de ropa interior, un bikini, un par de vaqueros, dos camisas, dos camisetas y un largísimo vestido de noche con su estola, zapatos y bolso a juego. Todo era de mi talla.

- Pero, ¿Cómo…? – empecé a preguntar.
- Te dije que todo estaba previsto. Mientras estábamos en la cafetería envié al chofer a comprar algunas cosas. Si ves que necesitas algo más, sólo tienes que decírmelo y pediré en recepción que las consigan.
- Creo que lo único que necesito es no despertar de este sueño
- Esto no es un sueño, preciosa. Esto no es uno de tus relatos con un final. Esto está ocurriendo aquí y ahora, es la vida real.


Marco me llevó hasta el borde de la piscina y me desnudó despacio. Luego se desnudó él y nos metimos en el agua. El agua no estaba muy fría pero mis pezones reaccionaron endureciéndose. Marco sonrió y cubriéndome los pechos con sus manos bromeó sobre si realmente debería haberme puesto el bikini. Poco a poco sus manos pasaron de ser un improvisado bikini a acariciar mis pechos con suavidad. Me sorprendí mirando su boca con un deseo enorme de besarle. Él adivinó mis pensamientos y llevó sus manos a mi espalda, para estrecharme contra él y acercar su boca a la mía. El beso fue largo, lento, dulce. Su lengua exploró cada rincón de mi boca, se enredó con la mía y la invitó a conocer sus dominios. Mi lengua no se hizo de rogar y visitó su boca con el mismo detenimiento que él lo había hecho instantes antes. Sus manos bajaron hasta mi culo, animándome a enlazar mis piernas a su cintura. Así lo hice y su sexo, totalmente preparado, encontró la entrada del mío. Muy lentamente me penetró, haciéndome gemir de placer. Me encontré dividida entre el deseo de sentirle dentro inmediatamente y el miedo al recordar que con el tamaño que tenía su polla más que llenarme me reventaría. Pero él parecía saber que podía hacerme daño, por lo que iba despacio, muy despacio. Justo cuando pensaba que iba a morirme (y no sabía si era a causa de la sensación de sentirme llena, del ligero dolor que me estaba provocando o del inmenso placer) el dio por completada la operación y me abrazó fuerte.

- ¿Estás bien? - preguntó mientras buscaba mis ojos
- Sí - contesté yo, incapaz de decir nada más, pues todo mi cuerpo y mi mente estaban pendientes de las terminaciones nerviosas de mi bajo vientre
- Tranquila, ya está lo peor. ¿Te duele? - esta vez ni siquiera hablé para contestarle, sólo negué con la cabeza - Vale, pero si duele dímelo y paro.

Me pregunté si hablaba en serio y si realmente pararía. Aunque mejor tenía que preguntarme si yo querría que parara. En esos momentos estaba en el séptimo cielo y sólo tenía ganas de que siguiera moviéndose o de empezar a moverme yo sobre él. De nuevo él pareció leer mis pensamientos y empezó a follarme suavemente, entrando y saliendo de mí. Esperaba sentir una punzada de dolor, pero lo único que había era placer y deseos de tener más. Él me agarraba contra su pecho y se movía cada vez más rápido. Yo rebotaba levemente sobre su estómago provocando pequeñas olas en la piscina. En un momento, Marco enterró su cara en mi hombro y buscó mi oreja para susurrarme:

- ¿Quieres seguir en el agua o te llevo a la cama?
- La cama nos dará más libertad.
- Agárrate fuerte- fue su respuesta

Sin dejarme cambiar de postura, me sujetó fuerte, subió con cuidado los escalones de la piscina y se dirigió a la cama. Con mucha delicadeza me tumbó sobre la cama, quedando él encima. Aflojé un poco las piernas, para que pudiera moverse mejor. Él se las apañó para colocarse de rodillas sin que su polla se saliera de mi coño y empezó a bombear con fuerza. Al mismo tiempo sus manos se volvieron caricias sobre mi pelo, mi cara, mis hombros y mi pecho. Yo me aferraba a sus brazos dejando pequeñas medias lunas rosadas en su piel. Durante lo que me pareció una larga eternidad, él siguió follándome. Se echó ligeramente hacia atrás, lo que le permitió acariciar mis piernas y mi clítoris. Mi primer orgasmo no se hizo esperar y me retorcí bajos sus caricias. Pero Marco no estaba dispuesto a dar por terminada la batalla. Con suavidad levantó una de mis piernas y me hizo girar hasta quedarme a cuatro patas. Desde atrás, él controlaba mi espalda, podía acariciarme las nalgas o los pechos si se agachaba ligeramente. Empecé a pensar que era realmente incansable, pues me agarraba de las caderas y bombeaba sin descanso y sin tomarse un respiro ni dármelo a mí. Uno de sus dedos se introdujo suavemente en mi ano. Con la otra mano, me propinó un azote en el culo que me provocó tanto placer como sorpresa. Parecía estar en todo, acariciarme por todo el cuerpo a la vez, saber en todo momento donde o como debía tocarme. Con suavidad, me levantó haciéndome quedar de rodillas y poniendo mi boca a su alcance. Mientras me besaba y sus manos multiplicaban las caricias, seguía follándome y llegó mi segundo orgasmo.

Marco me sostuvo, pues las fuerzas me abandonaron mientras me recorrían oleadas de placer. Después me tumbó sobre la cama y volvió a ponerse encima de mí penetrándome de nuevo. Mi cuerpo ya se había acostumbrado al suyo y cada terminación nerviosa vibraba bajo sus caricias. Rodeé su cuello con mis manos y noté como él empezaba a acelerar un poco el ritmo de sus embestidas. Mis caderas le acompañaban y noté como se preparaba un tercer orgasmo en mi vientre. Marco me miró a los ojos, y vi como en los suyos aumentaba el placer: también él estaba a punto. Cerró su boca sobre la mía y buscó de nuevo mi lengua con la suya. Con una última embestida se quedó quieto sobre mi cuerpo, y noté como se derramaba dentro de mí. Notar como se corría en mi coño y como temblaba su cuerpo hizo que yo también llegara al orgasmo. Marco dejó de besarme y se derrumbó agotado a mi lado. A pesar de todo, su mano siguió acariciando suavemente mi pecho y mi vientre hasta que encontró la mía y la agarró. Busqué acomodar mi cabeza sobre su pecho y él me abrazó. Seguimos besándonos y acariciándonos suavemente hasta que nos venció el sueño.


Cuando me desperté Marco dormía abrazado a mi espalda. Su pecho se pegaba a mí, y mis nalgas se ajustaban perfectamente a su bajo vientre, uno de sus brazos me servía de almohada mientras que el otro, descansaba suavemente acomodado entre mis pechos. Sus manos agarraban las mías y nuestras piernas estaban enredadas. Noté que estaba cubierta por las sábanas y como no recordaba haberme tapado yo, pensé que habría sido Marco quien nos arropara durante la noche. Intenté moverme un poco y me sorprendió la voz de Marco:

- No lo hagas, Casandra. No te muevas aún
- ¿Cómo?
- Sólo déjame disfrutar de esto un momento más.
- ¿De qué?- pregunté intrigada, pero intentando no moverme.
- De esta sensación. Creo que es la primera vez que un cuerpo de mujer encaja tan perfectamente con el mío. No sé, tal vez no me vas a creer, pero esta noche he sentido algo especial.

Suspiré. No sabía como tomarme aquel comentario viniendo de una estrella del porno que había follado con cientos de mujeres. Marco me besó suavemente en el hombro y yo besé su mano que era lo que estaba a mi alcance. Él tenía razón en algo: nuestros cuerpos se complementaban perfectamente. No me moví porque teníamos mucho tiempo. Marco no tenía que marcharse hasta la tarde siguiente, así que aún teníamos al menos treinta horas por delante. Y después, más o menos en un mes, empezaría el rodaje de la película y yo me trasladaría a su casa mientras durara. Ya tendría tiempo de descubrir si aquella noche habíamos empezado algo especial o si sólo sería una noche más, aunque durmiera con una estrella porno.

ORGÍA ENTRE AMIGOS!

Todo empezó unas fiestas de Pascua, donde yo y unos amigos quedamos para ir a la casa de campo de una amiga.

Yo, cuerpo atlético, ojos verdes, pelo teñido de negro a lo emo y alto, subía con mi moto diez minutos tarde.

-Perdonad el retraso pero la moto se me había quedado sin gasolina y he tenido que parar en la gasolinera.

Estaban todos callados, arreglándolo todo, sacando las bolsas de la compra, enchufando la Play…

-Tranquilo, ves y coge tu alguna bolsa.-me dijo Sara.

Sara, Celia y Ana eran amigas inseparables. Ana era la dueña de la casa, pero yo

Estaba locamente enamorado de Sara.

-Esta bien, ¿Dónde lo dejo?-pregunté yo

-Déjalo en la habitación, al lado de las otras bolsas.-me dijo Ana

-Yo no sé donde está la habitación, Ana acompáñame por favor.

-Venga vamos.

Allí estaban las bolsas, al pie de la cama. La habitación era algo pequeña, pero tenia dos camas individuales. Dejé las bolsas en compañía de las otras y yo y Ana nos fuimos donde estaban todos.

En la salita estaban todos los demás: Aitor, Guillermo, Alberto, Javier, David, Sara, Celia y Nieves.

Cuando lo arreglamos todo, hicimos la comida, comimos y lavamos los platos, todos cogimos sitio en el sofá para ver la tele y, quizás, dormir un poco.

Yo, David y Alberto nos fuimos a la habitación, a ver videos porno nuevos que yo me había pasado esa mañana al móvil.

Pronto corrió la voz de que estábamos mirando videos porno y entonces entró Guillermo a unirse al grupo.

Luego, no sé porque, Sara y Celia vinieron preguntando si podían unirse al grupo, para ver los videos, nosotros les dijimos que sí.

Cuando vimos los siete videos nuevos que tenía ( es de suponer que estábamos todos muy calientes ) decidimos dormir un poco. A un lado tenia a Sara y al otro tenía a Celia ( las dos estaban mas buenas que el pan ) y yo, después de mirar los siete videos, estaba muy caliente. De repente Sara empezó a abrazarme y me quité la camiseta porque tenía muchísimo calor. Sara le dijo algo a Celia, susurrándoselo muy bajito, y las dos empezaron a chuparme los pezones. Yo intentaba alejarlas pero no pude. Sara me pegaba besos por la barriga hasta que mi poya se puso dura del todo y Sara metió la mano en mis pantalones, manoseándomela toda. Guillermo se despertó y, rápidamente, volvimos a nuestro sito.

Media hora más tarde, Sara propuso ( se supone que de broma ) hacer una orgía. Todos se lo tomaron de broma y empezaron a quitarse ropa hasta quedarse en calzoncillos. Las chicas se quedaron en ropa interior.

-Venga Celia ven aquí que te la voy a meter hasta el fondo.-dijo Guillermo-

-No, tu no, que me das miedo.-respondió-

-Venga Pedro, ven aquí con migo.-me dijo Sara-

Yo, cómo es de suponer, me acerqué a ella y me cogió las manos y las condujo hasta sus bellas, grandes y redondas tetas.

Yo cedí y se las toqué. Alberto y Guillermo no se creían lo que estaba pasando y Celia se quitó la parte de arriba, dejando sus grandes tetas al descubierto. Alberto comenzó a tocarlas y a chuparlas, igual que Guillermo y Sara también se quitó la parte de arriba y me pidió que le quitara las bragas.

Yo se las quité y ella me quitó a mi mis Calvin Klein. Al ver mi gran erección, no se lo pensó dos veces y empezó a chupar. Oh si, recuerdo muy bien esa mamada. Me la chupaba lento y de una manera que me hizo ver las estrellas, pero antes de correrme paró y me dijo que me pusiera un condón.

Me lo puse y entonces se subió arriba de mí y empezó a follarme, subiendo su cuerpo arriba y abajo. Celia, al ver que su amiga ya había empezado, se quito las bragas, les quitó los calzoncillos a Alberto y a Guillermo y, con las dos manos, empezó a pajearles. Alberto y Guillermo disfrutaban de placer, mientras yo y Sara fallábamos cómo locos.

Después de cinco minutos Sara y yo nos corrimos, no tardaron mucho en hacerlo Guillermo y Alberto y entonces cambiamos de pareja. Celia se vino a mi lado y Sara se fue con Guillermo y Alberto. Celia comenzó a chuparme la poya llena de leche y, sin condón ni nada, se puso a cuatro patas y me pidió que se la metiera por detrás. Yo, cómo un buen amigo, empecé a metérsela hasta que me volví a correr, entonces entro Ana, la dueña de la casa.

Se quedó asombrada de ver el "panorama", cerró la puerta y se quitó toda la ropa.

-Cómo que follando sin mi eh..-dijo ella.

-Tranquila Ana, aquí hay para todas.-dije yo.

Entonces Sara, Celia y Ana vinieron hacia mí. Sara me puso su coño abierto en mi boca para que se lo chupara mientras Ana me follaba y Celia me comía el culo. Sara se corrió primero, luego Celia y Ana me pidió que le comiera el culo para que acabara en mi boca.

Yo se lo comí y se corrió en mi boca.

Cuando terminó la improvisada orgia, juramos que no se lo contaríamos a nadie pero yo os lo cuento a vosotros, con pelos y señales, todo lo que ocurrió aquella tarde. Sin dudarlo, fue una de las mejores tardes de mi vida.

ORGIA UNIVERSITARIA

Los hechos acaecidos en este relato ocurrieron hace pocos años, cuando estudiaba mi carrera. Un sábado por la noche Hugo celebraba una fiesta en su casa, la cual era un duplex, la primera planta con algunas habitaciones, cocina, baño y salón, y la planta alta con más habitaciones y una gran terraza. Yo llegué y aunque había gente aún se esperaban más, poco a poco fueron llegando más, estaban invitados todos los compañeros de clase y algunos amigos más de la Facultad.

De las últimas de la noche en llegar fue Pilar, una muchacha de mi edad que estudiaba Filología inglesa, esta mujercita me encantaba, aunque no era la más guapa seguramente, había algo en ella que me fascinaba, con su pelo moreno largo, estatura media, cuerpo con grandes curvas, con unos pechos medianos redondos y un culito muy respingón, sus ojos eran verdes. El único problema que tenía ella era que las leyendas urbanas de la Universidad decían que era lesbiana.

Cuando llegó empezó a saludar a todo el mundo, hasta que llegó mi hora, me dio dos besos, y como en ese momento me estaba echando una copa pe pidió que le sirviera una, cosa que hice, después charlamos levemente sobre la fiesta y se fue a otro lado.

Al rato de estar en la fiesta, subí a la planta alta, allí también había bastante gente, estaba por allí mi amigo Paco y me senté con él en unas sillas a contemplar el cielo y a hablar sobre cosas, minutos después me dijo que iba a bajar a por una copa, que si yo quería otra, le dije que sí aunque aún tenía un poco menos de media de la anterior, y se fue a por ellas. Mientras esperaba estando solo, llegó Pilar, se sentó a mi lado y me preguntó si le daba un poco de mi copa, que la suya se le había acabado y no tenía ganas de bajar, le respondí que me quedaba poco, pero que la compartíamos, así que eso hicimos, intercalando los tragos, hasta que se acabó, nos quedamos sin nada, y de Paco no había rastro. Pilar cogió el vaso vacío y lo tiró hacia la calle, tras esto me cogió de la mano y me llevó hacia una de las habitaciones de la planta superior, cerró la puerta y tomándome de la nuca me dio un largo beso, al que correspondí tomándola firmemente de las duras nalgas.

Pilar llevaba falda, la cual le fui subiendo hasta arriba, podía contemplar sus bragas blancas, acto seguido separé nuestras bocas y empecé a abrazarla con fuerza, bajándole levemente las braguitas, poco después ella se apartó de mí un poco, se quitó las bragas bajo la falda y me dijo que ya estaba el problema quitado, me desabroché el pantalón, me lo quité, y seguidamente el slip, quedando mi polla erecta al aire, luego me acerqué de nuevo a ella, agarré mi pene, Pilar se tumbó en la cama con las piernas fuera de ella, yo de pie y con mi verga en mi mano me puso junto a ella, le puse la polla en la entrada de su coñito, y le metí un poco, ella me dijo que se la metiera ya, yo fui progresivamente haciéndolo, ella me rogaba que se le introdujera entera rápido, así que poco después lo hice, se la ensarté con cierto trabajo, ya que no estaba muy húmeda, aunque una vez que la tuvo adentro empezó a segregar una gran cantidad de jugos, estábamos en la habitación al lado de mucha gente, y corríamos bastante riesgo de que llegara alguien de fuera, pues la puerta no tenía pestillo.

Poco después la comencé a bombear, primero lento y después ante sus peticiones rápidamente, ella soltaba con todo descaro sus gemidos y gritos, pasaba de la gente que había en el inmueble, se la sacaba y se la pasaba por toda su raja, y seguidamente se la volvía a meter, eso le encantaba, luego se la saqué, y comencé a darle empujoncitos, le daba pequeñas metiditas de mi glande y volvía a sacarlo, ella soltaba pequeñas respiraciones y me pedía que se la metiera de nuevo, yo repetía las operaciones pero metiéndole un poco más de mi polla, posteriormente volví a follarla metiendo mi polla entera, pero lentamente, los gritos de ella cada vez eran más fuertes, Pilar estaba con la boca extremadamente abierta y con sus ojos entrecerrados, continue; acelerando progresivamente el ritmo, ella me dijo que le diera con todas mis fuerzas, que quería que le destrozara el coño, que le metiera hasta los testículos, yo comencé a darle con todo.

Ella siguió con sus gemidos, animándome a seguir así de fuerte, yo a veces paraba y le daba más lentamente, al rato le daba más fuerte, así durante bastante minutos, hasta que ella me dijo que se iba a correr, eso me excitó mucho, le di todo lo rápido y potente que pude, y ella comenzó a gritar exageradamente de placer, se estaba corriendo, y lo estaba escuchando mucha gente fuera seguramente, tras esto ella se relajó un poco, yo continué, estaba a punto, y cuando me iba a correr Pilar me sacó la polla de su coño e hizo que mi leche se derramase sobre sus bragas que había cogido previamente, escupí varias veces mi semen, y cuando terminé ella arrugó sus bragas dejando en medio mi leche y me dijo que así no se llenaba nada de la habitación. Tras esto ella se quedó sentada en la cama, y yo de pie frente a ella, abrazados y sin hablar, su cabeza estaba a la altura de mi barriga.

Al rato ella me dijo que había que volver a la fiesta, así que me puse de nuevo los pantalones y me vestí, Pilar se bajó la falda, quedando nuevamente compuesta, cogió la braga con la mano y me dijo que se iba al baño y luego a la fiesta, y eso hizo, se salió de la habitación y se fue al baño con la braga camuflada en el interior de su puño. Yo momentos después salí del cuarto, había varias personas, todas se me quedaron mirando con una sonrisa en la cara, era obvio que los chillidos de Pilar habían sido oídos fuera, continué el camino y bajé a por una copa. La fiesta continuó, algunas parejas se fueron perdiendo por las habitaciones del piso, yo estaba en un grupo con dos colegas, y bebiendo y hablando pasamos la noche, contemplando como algunos invitados se habían pasado de alcohol y te realizaban espectáculos lamentables. Con el transcurso de la noche se fueron yendo gente, y los que nos quedamos nos fuimos buscando algún lugar para dormir.

Al despertarme pude ver como aquello era un descontrol, la casa estaba patas abajo, gente dormida en el suelo, entre ellos yo, pero también María, Vanesa, Hugo y Rafa, otras en los sofás, Natalia, Nieves, Pilar, Susana, Maribel y Marisol y los más aventajados en las camas, de un cuarto salió Miguel y Nuria, con cara de mucho sueño, ellos eran pareja, de otro salió Carlos y Marta, a la cual se le veían las bragas rojas que llevaba pues tenía bastante mal puesta la falda, de otro cuarto salieron Marcos, Juan, Luís y Juan Carlos, este hecho fue muy comentado por la gente entre burlas, y de arriba bajaron Sergio e Irene.

Más tarde fuimos los que quedábamos a desayunar churros a un bar cercano, tras esto se fueron unos cuantos, quedamos María, Vanesa, Hugo, Pilar, Susana, Carlos, Marta, Juan Carlos y yo, entonces Pilar nos dijo que si íbamos a su casa a terminar la fiesta, que tenía algo que beber allí, aceptamos y nos fuimos hacia su casa que estaba cerca. Vivía en un apartamento muy chico, así que cuando entramos todos no había mucho espacio para moverse. Nos puso varias botellas y nos echamos unas copas, tras esto poco a poco la gente se fue yendo, al final me quedé yo solo con Pilar.

Estábamos sentados uno al lado de otro en el sofá, entonces le pregunté si me quedaba o me iba, ella me dijo que estaba cansada, entonces con cara de pena le contesté que me iba, y me replicó que de acuerdo pero que antes, dicho esto me desabrochó el cinturón, me bajó un poco los pantalones y el slip y con la mano empezó a acariciarme la polla, para después comenzar a masturbarme lentamente, ella me miraba mientras lo hacia, le gustaba lo que realizada, aceleraba el ritmo, eso me encantaba, Pilar me preguntó si me gustaba, le dije que sí, entonces ella me preguntó si lo prefería con la mano o con la boca, le repliqué que con la boca, sonrió y sin decir nada se agachó y se metió media polla en su boca, la succionaba, la chupaba, para después ir repitiendo lo mismo, una y otra vez, pasaba su lengua por los lados de mi pene, para después meterse medio en la boca, lamía mi glande, estaba bastante bien.

Poco después me dijo que si quería que se la comiese entera que se lo dijese, le respondí que sí, que se la introdujese enterita en la boca, Pilar respondió que lo iba a intentar, pero que si no podía que yo le agarrase de la cabeza y la obligase un poco, eso hizo, comenzó a bajar cada vez más en mi polla, pero no llegaba a metérsela entera, estuvo un tiempo intentándolo, hasta que me puse de rodillas en el sofá, ella estaba de rodillas, le agarré la cabeza, abrió su boca, y comencé a meterle la polla en su boquita, una y otra vez entraba y salía, introduciendo casi toda mi polla dentro, para a veces metérsela entera y dejársela dentro unos segundos, ella daba arcadas, pero no se quejaba, así que yo seguía, me follaba su boca, una y otra vez, momentos después le saqué la polla y le pregunté por si le molestaba, ella me dijo que no, que siguiese y le diese mi leche.

Esto me excitó mucho, continué un rato más clavándole mi polla en su boca cada vez más rápido, hasta que empecé a soltar mi semen en su cavidad, ella no cerraba la boca, pero soltaba con cada chorrito una suave arcada, cuando terminé saqué mi polla de su boca, ella la dejó abierta para que viese mi leche en su boca, y posteriormente de la cintura, de debajo de la falda se sacó la braga y escupió el semen en ellas, echo esto me dijo que otra vez l la braga sucia con lo que le había costado medio limpiarla antes, me quedé perplejo, como era obvio no llevaba braga desde que tuvimos sexo en la fiesta, le pregunté el por qué de no tragarse mi semen, ella estuvo en silencio un rato y después me preguntó que si deseaba que se lo tragase, le dije que sí, entonces cogió la braga y empezó a lamerla con su lengua, quitándole los restos más notorios, se los tragó, y después me preguntó si ya estaba contento, le respondí que sí, entonces ella me dijo que ya era hora de que me fuera, que estaba cansada y quería dormirse, poco después me fui.

Al lunes siguiente, fuimos a la Universidad, cuando vi a Pilar me acerqué a ella, y fui a darle un beso, pues pensaba que más o menos éramos pareja, me volvió la cara, y me preguntó por lo que hacía, le respondí que darle un beso y me dijo que me olvidase de ella, que lo pasado ya estaba olvidado, así que volvimos a tener una relación como la de antes, y las posibilidades de ser pareja se esfumaron.

Pasaron unos meses y empecé a salir con una chica de la Universidad, estudiaba en la misma clase de Pilar Filología inglesa, aunque la conocí por otro sitio, fue una noche en la discoteca. Ella se llamaba Patricia, y resultó ser amiga de Pilar, tenía bastante amistad con ella en la Universidad, aunque yo esto no lo sabía antes de empezar con Patricia. Ella era morena, siendo de raza blanca, era muy morena, con rasgos asiáticos, con un espeso y largo cabello moreno, unos labios gruesos en una bella cara, era una chica generosamente dotada, medía 1,70, de peso 60 kgs y poseía un culo normalito.

Un día, entré en la cafetería tras finalizar las clases por la tarde, vi a Pilar y a Patricia pagando la cuenta en la barra, las saludé y mientras pagaban hablamos un poco. Una vez realizado esto, Pilar nos dijo que si nos íbamos a su casa a tomar algo, Patricia y yo nos miramos, y como no teníamos nada que hacer aceptamos la invitación.

Una vez que llegamos a su casa, pasamos a su salón, nos preguntó que si queríamos una copa u otra cosa, y le respondimos que una copa, entonces ella trajo una botella de Tequila, nos dijo que se la habían mandado desde México un amigo suyo de internet. Nos colocó los vasos y mientras hablábamos sobre cosas de la Universidad puso la televisión, pasados unos minutos ya nos habíamos bebido unas cuantas de copas, de tequila, que se subía fácilmente.

Continuamos igual hasta que en la televisión salió un reportaje sobre una visita a España de Sharon Stone, visto esto empezamos a comentar cosas sobre ella, Pilar dijo que era una de las tías más morbosas que había, yo le repliqué que sí, que le gustaba la ambigüedad, que seguro que le daba a los tíos y a las tías, entonces Patricia remató diciendo que eso era muy común actualmente, esto me sorprendió, y le pregunté el por qué de esa afirmación, y contestó que por nada, esto me dejó intrigado y le pregunté a Patricia si había tenido relaciones lésbicas alguna vez, no me respondió, Pilar se metió por medio y le dijo a su amiga que eso era muy normal hoy en día, que ella mantenía relaciones con los dos sexos, entonces a Patricia se le escapó la pregunta que le hizo a Pilar al decirle que si ella había mantenido también relaciones lesbianas, esta le contestó que sí, que las mantenía desde hacía mucho tiempo con asiduidad.

Yo le pregunté por su primera vez, y me dijo que fue en el colegio, en el último año, estaba con una amiga en el baño, el día antes habían visto una película porno en casa de un amigo donde salía una escena lésbica, la cual hasta esos entonces no sabía ni que existía, pues aunque había tenido relaciones heterosexuales con los niños de su edad, lo del lesbianismo no sabía que se hiciera, entonces Pilar le dijo a su compañera que se bajara los pantalones y las bragas y cuando se quedó desnuda la medio tumbó y sentó en el water y empezó a lamerle el coñito, y después a meterle los dedos, lo hacía todo toscamente pero su amiga se corrió a los pocos minutos, que a ella le gustó la sensación, así que le pidió a su amiga que se lo hiciera a ella, cosa que hizo, le gustó mucho, se corrió a los pocos momentos, y ahí empezaron sus relaciones lésbicas.

Terminado esto le preguntó a Patricia por su primera vez, esta se quedó un poco cortada, pero después se repuso y nos dijo que solo la había mantenido dos veces, y con la misma persona, cuando estaba en el instituto, fue casi una violación consentida, un día estaban en la cafetería cuatro amigas, y no sabe muy bien como surgió el tema hablaron de que todas habían probado una vez el coñito de una tía y que le había lamido su rajita también una vez al menos, que ella les dijo que nunca hizo eso ni lo iba a hacer, que le dijeron que si no tenía curiosidad, y que contestó que sí, pero que no lo iba a probar, así que la cosa quedó ahí, pero unos días más tarde estaban las cuatro en la habitación de una de ellas, entonces en un momento de improvisto de ella dos la cogieron por los brazos y la tiraron en la cama, agarrándole las extremidades superiores para que no se moviese a pesar sus quejas, la otra le quitó el pantalón y las bragas, le abrió las piernas a la fuerza con la ayuda de las amigas y empezó a chuparle el coñito.

Pronto se relajó y empezó a disfrutar del momento, y no tardó mucho en correrse, tras hacer esto la soltaron, y le preguntaron si quería chupar un coñito para saber a que sabía, le dijo que no y nuevamente dos amigas la agarraron de los brazos mientras la otra se quitaba la ropa, quedando completamente desnuda, que a ella le pusieron la cabeza entre las piernas de la amiga y le obligaron a lamer, cosa que a regañamientos hizo, pero que al final no estuvo tan mal, y después de mucho chupar el coño de la amiga hizo que se corriera, y que la otra vez que lo hizo fue con una amiga de las que estaban allí que un día estando medio borrachas le convenció para hacerlo de nuevo. Tras esto, Pilar sonrió y le preguntó a su amiga por su fantasía sexual, ésta muy desinhibida ya por el Tequila le contestó que su fantasía era ser esclavizada por tres o cuatro chicos, ser forzada y obligada, dicho esto Pilar le dijo que entonces su primera vez lésbica le gustaría bastante, ella le replicó que la verdad es que sí, dicho esto le preguntó a Pilar por la suya, Pilar dio un largo trago de tequila, y mirándola a los ojos le dijo que su fantasía era vernos hacer el amor. Patricia le respondió que esa era una fantasía fácil de cumplir, tras esto se giró hacia mí y me pidió que la follase.

Dicho esto, sin esperar más me abalancé sobre Patricia en el sofá, Pilar seguía placidamente sentada mirando, nos empezamos a besar efusivamente, así estuvimos durante un rato, en el cual manoseábamos nuestros cuerpos por encima de la ropa. Pasados unos minutos, Pilar se puso en pie, y nos dijo que si podía participar, Patricia le dijo que sí, y ella se acercó hacia mí y me dio un morreo, tras esto me separó de Patricia y sus bocas se juntaron en un placentero y dulce beso, sus lenguas se encontraron, se abrazaban una a la otra. Tras esto, Pilar fue desnudando a Patricia, hasta dejarla completamente desnuda, con sus hermosos pechos al aire y su rasurado coñito libre, seguidamente Pilar empezó a besar la parte interior de los muslos de mi novia, y poco a poco se iba acercando a su coñito, el cual esperaba ardiendo de deseo.

Cuando su lengua llegó por fin a su rajita, Pilar comenzó a lamerle la raja de arriba abajo, para después dedicarse a su clítoris, Patricia estaba en el paraíso, aunque minutos después quitó a Pilar de sus partes, le quitó la ropa de cintura para arriba e hizo que se tumbara sobre ella, abrazándose de nuevo, notando sus pechos mutuamente, al igual que sus coñitos y labios. Tras esto Pilar le acarició sus pechos y besó sus pezones, erectos y sensibles, luego fue bajando, lamió su ombligo, y poco después de nuevo llegó a su coñito, el cual se abrió sin reparo, Pilar se lo lamió, primero detrás de sus labios mayores, y luego fue pasando su lengua en círculos cada vez más pequeños y más hacia el interior de su vagina, hasta que su lengua entró todo lo que pudo en el interior, Patricia se moría de placer, y más aún cuando empezó a besar su clítoris mientras sus deditos penetraban en su coñito, dándole placer durante bastantes minutos, hasta que hizo que su amiga se corriese.

Tras esto, Pilar me ordenó que me desnudase, cosa que sin demora hice, mi miembro estaba erecto, Pilar le dijo a mi novia que no se preocupase, que ya me había visto desnudo antes y que también me había follado, siguió diciéndole que quería que disfrutara viendo como era follada. Me acerqué a Pilar, la tumbé en el sofá boca arriba, le abrí las piernas, pasé mi lengua varias veces por su rajita chorreante, y después le metí mi polla en su coñito, lentamente fue entrando, ella me pedía que se la metiese entera, cosa que a los pocos instante estaba realizado, tras esto se la saqué y se la metí lentamente, repitiendo esto varias veces.

Pilar me miraba con cara de placer, le gustaba lo que sucedía, Patricia se recreaba mirándonos, como gozábamos, como entraba y salía de Pilar mi polla, la cual estaba súper excitadísima. Poco después Patricia se dedicó a besar a Pilar, a tocar sus pechos, para después ponerse detrás mía y empezar a acariciarme su culo, luego lo mordió suavemente, cada vez me follaba más rápido a Pilar, la cual gemía ya sonoramente, se notaba que estaba a punto, Patricia se fue hacia ella, le empezó a chupar sus pechos, y esto con las penetraciones de mi polla en su coñito hizo que estallará en un orgasmo impresionante, yo desaceleré, y poco después Pilar me pidió que parase, cosa que hice, saqué mi polla de su coñito y Patricia dejó de chuparle los senos.

Pilar cogió a Patricia y la tumbó en el sofá, pronto empezó a lamerle los pechos, yo me dediqué a su coñito, bajé hacia él y fui lamiéndolo gustosamente, para Patricia era agradable tener dos lenguas chupando su cuerpo. Más tarde cogí a Pilar y la tumbé encima de Patricia, ambas se empezaron a besar, yo ante mí tenía sus dos coñitos, los cuales iba lamiendo alternativamente, aquello era delicioso. Yo pasaba mi lengua por sus rajitas, e incluso con ella perforaba levemente sus culitos, ellas seguían besándose y acariciándose, yo lamía sus coñitos, y con mis dedos húmedos por sus jugos le introducía un dedo en sus culitos.

Más tarde mientras lamía sus coñitos, metía un dedo de una mano en cada coñito y otro en sus culitos, tenía cada mano masturbando cada coñito, y mi lengua repartida entre ambas, ellas continuaban besándose y acariciándose mutuamente sus cuerpos, aceleré el ritmo, y los gemidos empezaron a salir, las dos estaban alocadas por lo acontecido, les gustaba mucho, yo continuaba, metiéndole los cuatro dedos por los cuatro orificios, cada vez más rápido, hasta que Patricia dijo que se corría, Pilar que estaba aguantándose entonces le dijo que ella también, y pronto las dos empezaron a tener sus orgasmos, sus fluidos se podían contemplar en sus coñitos, ambas quedaron tumbadas, una encima de otra.

Al rato Pilar se quitó de encima de su amiga, se vino hacia mí y me agarró el miembro, tras esto dijo que ya era hora de que eso explotase, y seguidamente empezó a chuparla, me excitaba mucho verla con mi pene en la boca, Patricia miraba embobada el asunto, hasta que Pilar se giró y le dijo a su amiga que se acercara para hacerlo juntas, para comerse el pene juntitas, entonces Patricia se acercó, agarró mi polla, y Pilar se la metió en la boca, luego las dos empezaron a pasar sus lenguas por todo mi miembro, y a la vez a veces se encontraban y se besaban entre ellas. Después expandieron su radio de acción a mis testículos, por turnos se la introducían en la boca y la chupaban arriba y abajo.

Minutos después ya no podía más, le dije a Patricia que iba a explotar, que terminase de mamármela, ella se la metió en la boca, y fue succionando hasta que empezaron a salir mis chorros de semen, una vez que terminé y había dejado toda la boca de mi novia llena de semen, Pilar se acercó y besó a su amiga, pasándole el semen mío, las dos chicas se enrollaban, intercambiándose el semen, hasta que pararon y cada cual se tragó el semen que tenía en su boca aún. Quedamos tumbados finalmente todos por el sofá del salón durante un largo rato.

Tras esto, nos fuimos aseando por turnos en los baños, para cuando estábamos vestidos y aseados irnos de allí mi novia y yo, posteriormente la dejé en su casa y me fui a la mía. Tras esto la relación con mi novia siguió igual que antes, no cambió por el acontecimiento.

Chantaje o placer?

Después de un tiempo sin escribir pero sin dejar de leer todorelatos, me gustaría contar algo que me sucedió hace muy pocos días.,

Tenia un par de amigos que se casaron hace ya unos años, y a los cuales yo presente, pero por razones que no vienen al caso dejaron de hablarme y además cuando coincidíamos en reuniones de amigos, ni se dignaban a saludarme, el se llama Carlos y ella Ana.

Ella había tenido un novio antes que la dejo y por el cual ella aun seguía colgada muy colgada, tanto que corrían rumores de que ella de vez en cuando quedaba con el a tomar café o lo que fuese, pero solo eran rumores o eso creíamos.

Pero mira por donde el lunes santo por motivos de trabajo yo me retrase en llegar a donde habíamos quedado los amigos, y buscando aparcamiento me tuve que meter por unos callejones estrechos y oscuros, y por fin encontré un aparcamiento en un sitio que no molestara, aunque demasiado oscuro, pero cuando iba a salir del vehículo, entraron en el callejón dos personas, por lo que al no verlas bien me quede dentro del coche, cuando estaban cerca se pararon y se empezaron a meter mano como desesperados, así que yo en ese momento no sabia que hacer si salir y cortarles el rollo o esperarme. Pero mira por donde el le empuja hacia abajo para que se la chupara, y en ese momento, su cara queda a escasos metros de la mía y veo que es Ana, mi "amiga" Ana, así que sin pensarlo dos veces salí del coche con el móvil en la mano y le tire una foto, y al ver el flash del móvil volvió su cara hacia mi.

Rápidamente se puso de pie totalmente con la cara descompuesta, y su ex se guardo la polla y solo atinaba a decir que me olvidara de esto, yo solo me limite a guardar el móvil en mi bolsillo e irme a buscar a mis amigos.

Como a la media hora de llegar yo donde habíamos quedado los amigos, llego ella, aun venia con el rostro desencajado, tanto que todo el mundo le pregunto si le pasaba algo.

Ella es guapa, morena, 1.65, unas tetas no muy grandes pero si muy firmes, y lo mejor su culo y sus piernas, además de ser muy pija, ese día iba con unos vaqueros ajustados, una blusa también ajustada y unos zapatos planos, cosa que a mi no me gusta para nada.

Varias veces trato de acercarse a mi para hablar, pero yo me limitaba a esquivarla y sentir indiferencia hacia ella, y así la tuve hasta ultima hora, cuando yo me iba a marchar, disimuladamente me acerque a ella y le dije: mañana te quiero con falda y algo de tacón zorra, y le tire un pellizco en el culo, dándome la vuelta y echando a andar, sin ni siquiera mirar atrás, aunque yo notaba que ella me estaba mirando.

Durante la noche y parte de mañana me llamo varias veces y me mando varios mensajes pero yo no conteste a nada de las dos cosas.

Por la tarde habíamos quedado a las seis, pero ella no se presento a esa hora, por lo que pensé que no iba a venir, pero a eso de la media hora apareció por donde estábamos todos, y por supuesto con falda, y zapatos de tacón, la verdad es que la zorra sabe vestir bien, también venia con pantys o medias, cosa que no supe en ese momento, cuando llego y saludo a todos, se acerco también donde estaba yo sentado pues yo cuidadosamente y esperando que se presentara le había dejado un sitio vacío junto a mi y pegando a la pared, por lo que con el ruido que había, le podía hablar tranquilamente sin que nadie se enterase de lo que hablábamos, lo primero que le dije fue hola putita, como le va a sentar a tu marido el saber los cuernos que le estas poniendo? Ella solo atino a decir que por favor no se lo contara ni a el ni a nadie, haría lo que le pidiese dentro de un orden, a lo que le conteste que claro que lo haría, porque a partir de ahora tendría que acatar mis deseos como ordenes y que la iba a convertir aun en más puta de lo que ya era, contestándome que eso no, que me daría dinero o cualquier cosa pero que jamás se acostaría conmigo, hay me dio por reír, ya que le dije que no solo seria acostarse, sino también obedecerme hasta en la forma de vestir, y que ya valía que tenia dos opciones si aceptaba debía de ir al baño y quitarse las bragas y dármelas con disimulo o quedarse hay sentada y entonces el se iría seria yo, pero a buscar a su marido en el próximo relevo, estaba de costalero, y le iba a contar lo que vi adema de enseñarle la foto, para que viese que no mentía.

Sin más se levanto y se fue para el servicio, como siempre muy digna, aunque yo ya sabia que conmigo eso se había acabado, la verdad es que tardo y bastante, tanto que yo pensé que había salido por la otra puerta, pero no, la vi aparecer por el pasillo, con algo en la mano y muy colorada, así que cuando paso delante mía para sentarse se puso de cara a mi, tapando la vista al resto y me entrego las bragas rápidamente, poniéndose colorada como un tomate, yo con todo descaro las cogí y me las lleve a la nariz, poniéndose ella aun mas roja, la verdad es que olían muy bien, y como comprobé luego de encaje y muy bonitas, le pregunte que porque había tardado tanto, me gustan que las perras se den prisa en obedecerme, a lo que me dijo que llevaba pantys y tuvo que tener cuidado para no mancharse, pues el servicio no es que estuviese ya muy limpio.

Hay le pregunte si iba o no depilada a lo que me dijo que no, que ella solo lo hacia en verano, así que le dije que por hoy he terminado contigo zorra, y mañana iras a trabajar así al trabajo sin bragas, y lo de los pantys tu sabrás que hacer vamos digo yo, y por supuesto depilada totalmente.

Yo sabia que ella solo trabajaba hasta mediodía, pues se había pedido las tardes de esa semana libres.

El resto de la tarde noche la deje tranquila, aunque ella no hacia nada mas que mirar y agachar la cabeza cuando yo cruzábamos la mirada, cosa que a mi como Amo que soy eso me gustaba y estaba empezando a disfrutar de esa perra.

Cuan me levante al día siguiente, lo primero que hice fue llamarla, y me sorprendió pues me lo cogió al primer toque, mis instrucciones fueron cortas y precisas, pues así es como me gusta tratar a mis perras, a la una y media le dices a tu compañera que se vaya que tu cierras, que estas esperando a un amigo que llega mas tarde para verle la vista, y colgué sin decirle nada más.

Yo ya esos días los tenia de vacaciones como todos los años, así que a las dos menos unos minutos llegue a su trabajo, y le pregunte si ya estaba sola, a lo que me dijo que si, así que le pedí que cerrara y que estaríamos mas tranquilos, yo sabia que eso se podía hacer, pues más de una vez lo había comentado que había atendido a fulanico de tal o de cual después de cerrar.

Una vez solos nos metimos en un pequeño despacho que tiene allí y cerré la puerta, ella no hacia nada mas que mirarme a ver que le iba a decir o pedir.

Me puse frente a ella y lo primero que hice fue meterle las manos bajo la falda y comprobar que llevaba pantys, por lo que le dije que si se creía que así iba a conseguir pararme, bruscamente la cogí del pelo y le hice poner las manos sobre la mesa, y el culo hacia fuera, le subí la falda y con mis manos le rompí los pantys, y le metí un dedo sin avisar en el coño, pero para mi sorpresa estaba húmedo, la hija de puta estaba excitada, le saque el dedo del coño y le pregunte que le pasaba, que era mas puta de lo que yo pensé y que le gustaba ser tratada así? Me dijo que no, pero que nada mas que pensar toda la mañana en mi y en saber que iba sin bragas la tenia en ese estado aun sin querer, que por favor hiciese ya lo que le fuese hacer y la dejara tranquila, a lo que le conteste, que este era el principio, que ella se iba a convertir en una mas de mis putas, y que la usaría a mi antojo, y te aseguro que al final serás tu la que me busques zorra.

La volví a poner con las manos en la mesa y el culo hacia fuera y se la metí de golpe, empecé a follarmela, deprisa y bruscamente, tirandole del pelo, al principio solo decía que no, que parase, que no le gustaba, pero su respiración y sus jadeos decían lo contrario, yo le decía; que puta te esta gustando no?, ves como eres una zorra, pija pero muy zorra y te voy a convertir en eso, hay ella empezó a jadear y a decir que se corría, que se iba, que no aguantaba más, en ese momento pare y se la saque de su puto coño, y ella se volvió con la cara descompuesta de placer y pidiéndome que ahora no que siguiese que no la dejase así, a lo que le conteste que se correría solo cuando yo lo ordenase, que a partir de ahora solo yo le autorizaría a correrse, ella no muy consciente dijo que lo haría pero que no podía mas que necesitaba correrse que llevaba así todo el día sin saber muy bien el porque pero que ahora quería correrse. La cogí del pelo y la hice ponerse de rodillas, y empecé a follarmela por la boca, cosa que me encanta, y ella empezó a tocarse el coño rompiendo aun mas los pantys, y poniendo una cara de zorra que aun me excito más, me pidió si se podía correr y yo viendo que yo también me iba a correr le dije que si que lo hiciese, y yo empecé a correrme en su boca sin avisarle y ordenándole que se lo tragase todo, que las perras no deben de derrama ni una gota de leche de su Amo, y aun estaba tragando cuando exploto en un orgasmo, que se tuvo que sentir en la calle.

Me separe de ella y me quede mirándola como estaba, de rodillas, los pantys destrozados y la falda en la cintura y el pelo revuelto, cuando se tranquilizo me miro y me dijo que le diese el móvil para borrar la foto a lo que yo le dije que no, que antes le había dejado claro que ella me pertenece y que le recordaba que ahora para correrse solo yo le podía dar permiso, ella me miro con cara de asustada diciéndome que eso lo había dicho sin pensarlo y en un estado....... se quedo así, y yo le termine la frase, en un estado... un estado de placer no perra? o me dirás que esa corrida ha sido fingida puta.

Hay agacho la cabeza y yo supe que le había ganado su voluntad aunque una parte de ella se resistiese la otra reconocía que había disfrutado.

La puse de pie y le fui abriendo la camisa hasta descubrir un sujetador de encaje negro precioso, como a mi me gustan, tire de el y se lo puse encima de sus pechos, que no son grandes, pero si muy apetecibles y bien formados, y sin decirle nada me lleve a la boca un pezón y con la otra mano le empecé a pellizcar el otro, al principio lo rehuía, pero conforme iba yo lamiendo iba ella cediendo y me di cuenta de que ese era su punto débil, pues metí la mano en su coño y estaba ya empezando a destilar jugos, saque la mano y se la di para que me la limpiara a lo que me soltó que no, que eso le daba asco, yo sin mirarla siquiera me incorpore la cogí del pelo y le obligue a abrir la boca y chupar los dedos, advirtiéndole que era la ultima vez que yo le pedía algo que ella rechazara, ella solo asintió con la cabeza, por lo que yo seguí chupando sus tetas y mordiéndolas, alternativamente, y con una mano masajeándole el clítoris, ella empezó a suspirar y jadear que no podía más que la dejase correr, que no aguantaba, yo solo le dije un momento perra que te vas a correr muy a gusto, la cogí y la tumbe en la mesa y se la metí de un golpe, pues yo también estaba muy excitado, y empecé a follarmela ella solo decía tres o cuatro palabras, no te corras dentro y dame permiso para hacerlo yo, y yo siguiendo fiel a mis principios le dije que eso solo yo lo decidiría, pero le di permiso para correrse, y yo sin mas la saque de dentro de su puto coño y me corrí en su barriga cara tetas y pelo, y lo que hizo la muy puta me sorprendió, pues cogió con sus manos mi semen y se lo fue metiendo en la boca.

Yo di por acabada la sesión, la ayude a levantarse, y ella iba a recomponer su ropa, cuando yo le dije que antes de nada y siempre, mi polla debía de quedar reluciente, y la verdad lo entendió muy bien, pues se arrodillo y me la limpio entera hasta que me volví a empalmar, pues la muy zorra lo sabe chupar muy bien, pero ya era tarde para ella, pues la esperaba el cornudo de su esposo para comer, ella se fue para el servicio y yo me fui detrás de ella y cuando cogió toallitas para limpiarse, le dije que solo la cara y el pelo, que ni se le ocurriese limpiarse el cuerpo y menos el coño, que así debería de estar toda la tarde, hasta que fuese a su casa a cambiarse antes de acudir a la cita con todo el grupo. Me miro con cara de susto, pero obedeció, solo me pidió que le dejase quitar los pantys, cosa que tampoco la autorice, pues con la falda no se veían que estaban rotos, a lo sumo una carrera. Cuando ya estaba arreglada, bueno eso era un decir, pues olía a zorra un montón, me acerque y le comí la boca, al principio no la abría, pero luego de un par de mordiscos en los labios la abrió, y vaya si la abrió, luego no se despegaba, y creo que si digo de follarmela otra vez lo hubiese hecho encantada. Ya en la calle mientras íbamos hacia su coche, y viendo su comportamiento, me la jugué, y le dije que si no quería esto no se repetiría más, y yo borraría la foto, pero que lo pensase "pues has disfrutado mucho y te gusta que te traten como una perra", así que de ti depende. Ella me dijo que ella no era ninguna puta y que si era verdad lo que le decía que ya podía borrar la foto, que esto jamás se volvería a repetir y nunca me volvería a dirigir la palabra, yo sin alterarme lo más mínimo, saque el móvil, busque la foto y delante de ella la borre, y le solté, estoy tan seguro que volverás a mi, que como ves no he tenido problema para borrarla, así que tienes de plazo hasta esta tarde para pensarte si te quieres convertir en mi zorra sumisa, yo respetare tus compromisos tanto laborales como matrimoniales, pero el resto del tiempo me pertenecerás, ella me dijo que ni en sueños la volvería a tocar, pero ya llevábamos un rato junto a su coche y no se despegaba metía en el para irse.

Para terminar le dije, si esta tarde te presentas con falda, pero mas corta, medias, tacón y una blusa pegada, entenderé que aceptas mi oferta, pero si no vas así, o ni siquiera vienes, no te molestare más.

Ella se monto en el coche y solo dijo olvídame y olvídate de todo esto, no quiero saber nada de ti en la vida.

Yo me retire y me dirigí hacia mi coche, muy tranquilo y satisfecho, y a esperar a las siete y media que habíamos quedado...

Ingrid mi nueva vecina

Ella era una joven que habia estado casada con un chaval de la misma edad que ella (21) la embarazo y se casaron. Al año de nacida la niña se fue a trabajar a los Estados Unidos y la dejo en la casa que compraron y que anteriormente pertenecio a nuestra familia.

Era una tarde fresca de verano y yo venia a visitar a mi madre cuando la vi sentada en la puerta que da hacia la calle, es una joven delgada alta bella de ojos muy coquetos y mirada de pasion en su rostro, la salude con un hola muy insinuoso y ella me contesto de igual forma.

Me cautivo tanto que no dejaba de pensar en ella ni un segundo de repente cuando ya iba para mi apartamento ella me llamo y me dijo que necesitaba ayuda con una estufa; por mi mente pasaron un mundo de ideas sexualmente locas y accedi.

Cuando termine de reparar la estufa me dijo:
¡Mi nombre es Ingrid!
"Muxo gusto" conteste me llamo Manuel
sabes eso aqui todo se arruina falta la presencia de un hombre en la casa
¿Y tu esposo? esta en los estados Unidos?
en ese momento mi cabeza di ungiro y mi polla cada vez se ponia mas dura al verle aquellas piernas blancas muy bien tornadas y muy pulcras ademas del escote que andaba con unos senos redondos duros parecia que no habia dado a luz a un niño.

Crea que me voy le dije y ella con una risa burlona me dijo
En serio quieres irte?
La verdad es que quiero hacer unas encomiendas pero puedo ir mas tarde le conteste.

Se recosto en el sillon de la casa mientras yo la desnudaba con mi mirada al mismo tiempo que ella semojaba los labios, de repente ella se paro y me dijo quiero pedirte un ultimo favor!

Quede mudo cuando de sus labios salieron estas palabras "Abrazame fuerte quiero volver a sentir el abrazo de alguien" La abrace como si mi vida dependiera de eso y cuando me le acerque mi polla estaba tan dura que ella la sintio en su vagina "Besame" gritaba con una estrepitosa pasion ella me llevo a su habitacion me pedia que no dejara de besarla,
le quite su blusa y salieron unos bellos senos blancos con pezones rosaditos muy duros y erectos, ella me quito la camisa y me beso todo el pecho salio de la habitacion y cuando yo estaba desnudo regreso con un Baby doll tan rico que la tanguita que andaba de tan humeda que estaba en su pierna chorreaban sus orgasmos.
Ella se inclino me beso y me dijo quiero que me hagas el amor, agarro mi polla la lamio y lentamente me dijo introducela toda, ella gritaba de placer al sentir mi polla dentro. Lamia sus lindos senos redondos y duros ella jadeadb de placer, hacia dos años no tenia relaciones con alguien me gritaba y mi polla cada vez mas dura y yo la penetraba una y otra vez.

Sabes quiero correrme rico me dijo:
Se avalanzo sobre mi tomo mi polla muy dura y humeda de sus orgamos la introdujo en su vagina y comenza a hacer movimientos lentos y circulares ella comenzo a jadear mientras yo frotaba sus pechos erectos con mis manos comenzo a acelerar sus movientos cuando un grito de pasion irrumpio la habitacion. Se habia corrido tan riko que en mi pene y piernas chorreaban y ella seguia pidiendome que la abrazara y no la soltara. Mi esposo nunka me hizo sentir esto me dijo.

Desde esa tarde somos amantes yo voy a su casa a verla y a hacer el amor con la pasion mas linda de este mundo al punto que ya nos queremos. Smile